Vamos juntas hasta... ¡Venecia!

¡Uff, tantos lugares que quiero explorar! aunque hay algunos que se me antojan más en cierta compañía. Ese fue el caso de Venecia, siempre dije que de tener la oportunidad de ir, quería hacerlo junto a alguien que amase.

La verdad es que lo pensaba más de manera romántica, pero yo pedí y la vida me dio: fui con los dos más grandes amores de mi vida, mi mamá y mi hermana, juro que mejor no pudo haber sido! 💙💛💜

Así que con Venezia🎜de Hombres G como soundtrack andemos por las callecitas que inevitablemente conducen a algún canal, casi siempre rebosante de góndolas, a alguna vista de los viejos edificios de colores, a un momento de la dolce vita.


Llegamos poco antes del atardecer, la ciudad bañada de luz dorada nos dejó inmediatamente boquiabiertas: no era lo que esperábamos, era mejor! (lo dicho, más romanticismo no se podía pedir 😍


Seguimos el Grand Canal, cruzamos algunos de sus puentes y sin saber muy bien cómo, llegamos al antiguo barrio judío, los colores de los edificios y la luz del atardecer nos aseguraron que los días en esta ciudad formarían parte de nuestros mejores recuerdos.


Después del espectáculo de luz natural, necesitábamos descansar, habíamos viajado en autobús por la noche desde Paris a Milán y después tomado el tren a Venecia (ya sé, bastante pesado, pero sin mucho dinero y con muchas ganas, uno encuentra la manera 😋).


Nuestro siguiente día llegó, y una vez más sin ningún plan fijo, decidimos alejarnos del Gran Canal y perdernos entre las callejuelas.

¿Casualidad o destino?, nuestro primer encuentro fue con una Enoteca, no eran más de las 10 de la mañana, se sentía mal empezar a beber tan temprano, por otro lado, se sentía aún peor dejar pasar la oportunidad de probar los vinos caseros. Cuando vimos que señoras y viejecillas llegaban a llenar sus botellas vacías de plástico de 1.5L, supimos que había que seguir el ejemplo de los locales 😝



Un brindis a nosotros del pasado, Pau! tomamos la mejor decisión jajaja

Inclusive si perdimos un poco de sentido común a cambio 😜

Con un inicio alegre seguimos caminando sin rumbo determinado. Siento que no haya estructura ni lógica en este recorrido, pero creo que es precisamente lo que recomendaría hacer en Venecia: no seguir más que a nuestra curiosidad.


 Por alguna razón la tarde anterior Venecia había hecho honor a su título. La "Serenissima" nos había recibido con belleza y tranquilidad. El segundo día la belleza no se había ido, pero la tranquilidad había sido reemplazada por muchos otros visitantes. ¿Qué se le iba a hacer?, nosotras también formábamos parte de esa multitud fascinada por Venecia. .. aunque si uno se aleja un poco del camino principal, no es muy difícil encontrar rastros de serenidad, por eso el consejito de perderse entre las calles.

!O entre los canales!



Tantas góndolas con aún más gondoleros.  Uno de ellos hasta me mandó unos cuantos besos después de topárnoslo un par de veces 😚

Aunque este era un viaje entre mujeres, no había tiempo para pensar en italianos coquetos, jajaja
(además claro, tengo novio :P).

Otra de las clásicas recomendaciones para cualquier viaje a Italia: comer tanto gelatto como sea posible! La sabiduría popular es cliché por que es bueno seguirla (no siempre, pero definitivamente sí en lo concerniente al gelatto ;)


Después de vagar por las callejuelas eventualmente dimos con la plaza de San Marcos, sus muchos visitantes y su aún mayor número de palomas. Un lugar que aunque no tiene nada de secreto o escondido, tiene el encanto de la multitud, de comunidad y de alegría compartida por estar ahí.


-Sí, hasta el selfie stick aplica :D-

Claro, con solo llegar a la plaza la mayoría se queda boquiabierto al observar la Basílica de San Marcos. ¡Que belleza!

Toca hacer fila para entrar y de verdad no dejan entrar con mochilas, por mucho que sientan que la suya se salva, les van a negar la entrada si traen una consigo (sip, me creí que la mía era pequeña, y al final tuve que ir a dejarla al servicio de paquetería). No faldas arriba de la rodilla, no shorts y todas esas reglas para visitar iglesias en Italia. Pero a donde fueres has lo que vieres, y la visita vale la pena.

La Basílica se siente pequeña comparada con otros grandes templos, pero tiene su encanto de iglesia católica con influencia árabe en su diseño.


Siguiendo con la plaza, nos tocaba posar entre los pilares que sostienen los íconos de Venecia, San Marcos y su león.
-Mis hermosas con sus bolsitas llenas de souvenirs 😍🎁-

Yo que ya me había sentido alagada por los besos volados del gondolero, creí que estaba especialmente atractiva ese día, pues mientras posaba para mi foto, recibí una rosa de un desconocido muy insistente...💄

Aunque una vez que la rosa estuvo en mi mano, me pidió dinero por ella 😢
jajaja


Que apropiada una imagen del puente de los suspiros después de mi desilusión con la rosa :p




Ese día lo concluimos con una larga estadía en el embarcadero, mirando el atardecer desde la laguna. Sintiendo nuevamente la serenidad.

A la mañana siguiente y para finalizar nuestra visita a Venecia, tomamos el ferry hacia Murano.

El camino nos regaló más vistas mágicas de la ciudad, esta vez desde la perspectiva de sus navegantes!



No contábamos con mucho tiempo para explorar Murano, pero como habíamos ido con el objetivo de comprar algunas chucherías hechas con su famosa técnica para trabajar el cristal, nos pareció que no había mejor manera de pasar un poco de tiempo, que siendo testigos del trabajo detrás de este arte.
Y claro, después compramos alguna cosita (aretes, por ejemplo jajaja).


Venecia fue el inicio de nuestra soñada visita a Italia y no pudimos haber pedido un mejor comienzo.
A veces uno pide al universo con tanta fuerza, que al final nuestra energía transforma los deseos en realidades. Yo pedí Venecia + amor. 

Y Venecia y amor tuve 💙💚💛
¡Fuimos juntas hasta Italia... y hasta con jersey de rayas!

Hasta la próxima aventura,

Pris

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