Zacatlán de las Manzanas, o suris en la niebla

Ya era tiempo, viajes familiares, de pareja, personales, internos, pero y entre amigas? Bueno, entre amigas-hermanas-miembros de una misma manada. 

Sí, viaje de suricatas! (casi puedo ver sus caras y escuchar sus risas Pau, Josse y Axel).

Después de varias horas de camino llegamos a nuestro hospedaje, el no muy conocido, pero sí muy recomendable Campamento Tlatempa. La lluvia, el lodo, los gansos y la manada de Golden Terriers nos recibieron en medio del frio y la obscuridad.

Tuvimos una cena deliciosa, si bien frugal y comenzamos el decenso hacia nuestra cabaña. Y la primera lección del viaje apareció: Si vas a un lugar en medio de las montañas, lleva una mochila, NO una maleta de rueditas! jajaja

La cabaña era muy rústica, y el baño sólo estaba separado de la litera (de tres niveles) por una cortina de baño. -Sí, esa fue la parte menos agradable del lugar-.

Algunas durmieron, algunas otras preferimos quedarnos estáticas en la cama pensando en la inmortalidad del cangrejo ya que el sueño no quería venir, pero de cualquier forma todas llegamos al siguiente día, y gracias al llamado de la naturaleza de Giselle, empezamos con el pie derecho... o debería decir, con las piernas en el aire!:

Tuvimos un rico desayuno y Teté (la dueña del lugar) nos llevó a conocer la muy cercana Cascada de San Pedro:

Vista desde las alturas

Vista de frente -Para obtener esta foto literalmente invadimos propiedad privada... bueno, sólo cruzamos una reja ya de por sí caída, además ¿cómo que la cascada es privada?!

Después de eso hicimos una visita rápida al pueblo, que como todo en este viaje se encontraba rodeado de neblina.

Reloj gigante en la plaza central.

Regresamos a la cabaña para un masaje, y vivir una de las experiencias más extremas: el Temazcal! Del que perdimos todo el significado, pues nos concentramos en respirar y en no movernos. Laura ganó el reto, pues ni aún queriendo podía moverse después de casi una hora en la misma postura, jajaja.

Al día siguiente no podíamos dejar de recorrer un poco de la belleza natural de la barranca y en una breve caminata nos encontramos con pequeñas casas de rocío:

 Llegó el momento de partir, pero no sin antes recorrer un poco más del pueblo:

Y degustar las delicias del afamado "PPP"

Giselle, Blanquis, Laura y su hermana, Paulina, y sí, la manita es mía ;)

Cheers!

PD Pronto les hablaré de mi nuevo camino...

Hasta siempre!