Estar viva

Comencé mis 27 años con el profundo sentimiento de pérdida y 365+ días después, lo he terminado agradecida por todo lo que he ganado. Y es que si algo me dejaron los 27 fue la constante prueba de que si uno fluye con la vida, las cosas siguen su curso natural, un camino más feliz.

Este año estuvo particularmente lleno de bendiciones, la visita de mis amigas y sus oídos, palabras y brazos amigos que me trajeron por completo de vuelta al mundo y su alegría.   También y gracias a mi hermana, pude visitar México después de 2.5 años de estar lejos de mi familia, mi tierra y mi cultura, fue un viaje agridulce, sobre todo por problemas familiares que en mi burbuja en extrangia no imaginaba y que siguen nublando nuestros días, pero hey, también he aprendido que la palabra "familia" va más allá de lazos sanguíneos, y que ante la adversidad, lo que está unido por el corazón se une aún más y lo que no, pues no jajaja. ¿Pero es que hay mal que un viaje no arregle -o al menos borre por un par de semanas?-

Tras años de ahorrar, mi mamá y mi hermana finalmente vinieron a visitarme y vaya aventura que vivimos. A pesar de haber compartido con ellas la misma casa durante 25 años, nunca estuvimos tan cerca como en esta ocasión, cara a cara 24/7... aprendí a amar esos rostros con un reconocimiento nuevo y más profundo, uno que se enojó innumerables veces, pero que quiso hacer las pases y abrazar a esas dos hermosas mujeres una y otra vez.

Mucho viaje, pero también mucho trabajo, el doctorado finalmente hizo click en mi cabeza y la energía y vitalidad que solían motivarme hacia la ciencia regresaron para impulsar mis proyectos. ¡Ahora lo que me falta es tiempo! -así que no me culpen mucho por el actual abandono del blog, lo primero es lo primero ;) -.

Y para sorpresa de todos, principalmente la mía, mi año ha estado lleno de amor. Sí, del de mis amigas y familia, que aunque esté mal, siempre sé que cuento con él, pero también del de un hombre extraodinario. Val era mi amigo meses atrás, pero mi corazón maltratado no veía en él más que a una persona con la que disfrutaba pasar el tiempo por su sentido del humor y su facilidad de trato, junto a él todo parecía fácil. Y creo que el sentimiento de "estar en nuestro ambiente" fue mutuo, pues comenzamos a frecuentarnos cada vez más. Él llegaría de sorpresa a mi casa con un bote de helado diciéndo que casulamente pasaba por ahí. Juntos pasamos horas y horas en la sala de mi departamento hablando de tonterías, de nuestra vida, y llorando a carcajadas por cualquier cosa. Motivada por él finalmente aprendí a andar con seguridad en bicicleta y hoy -y para ser franca, sólo cuando sale el sol- voy a la universidad en mi bici que él a ido "tuneando" poco a poco (jajaja), y así de forma tan natural llegó el día en que me besó, y así también llego el día en el que me enamoré de él.

No lo busqué, al principio no lo quería, pero deje que pasara, se sentía como algo que estaba destinado a ser como nunca antes. No hubieron situaciones forzadas, y casi después de un año de estar juntos, sigue sintiéndose como el primer día. Claro que discutimos, pero inclusive en esos momentos parece que existe una armonía que nos conecta, en la que después de explotar, ambos nos ponemos en los zapatos del otro. Estoy sintiendo el amor como lo describen los enamorados, y viviendo nuestro primer año juntos como una verdadera luna de miel -en toooodos los sentidos jajajaja upps!-.

En este mini homenaje a mis 27 años menciono mucho a Val porque sea lo que sea que pase con nosotros, él ha marcado este momento no sólo con una etiqueta para recordar, sino con una profunda lección de vida para mi futuro, al final lo que me enamoró de él no fue lo guapo que es -que Dios, vaya que lo es, jajaja-, ni su inteligencia -hola mr. amante de la física y todo lo nuclear-, ni de lo mucho que me consiente y demuestra su cariño -wide angle lense de regalo de cumpleaños!!-, lo que me encantó y sigue encantando de este gran hombre es la generosidad de su corazón, que después de todos estos años, tantos viajes y personas, no había conocido, o al menos yo no la tengo. Quiero creer que comparto sus ojos infantiles y entusiasmo por el mundo, su vitalidad y alegría innata, su sentido del humor bobo y su sensibilidad... pero si se trata de ayudar a propios y extraños, el que saldría a dar la cara sería Val, y ese es el hombre del que me enamoré, el hombre que primero me mostró su corazón.

Dicen que al que anda entre la miel algo se le pega, y creo que ambos estamos aprendiendo el uno del otro, así que esto pinta para bien...

El blog sigue en mi lista de pendientes, porque aunque sea más un baúl de mis recuerdos que algo para publicar, disfruto mucho el hacerlo aunque no me he procurado mucho tiempo para ello... no me culpen uno tiene que aprovechar cada día de verano en estas latitudes ;)

Los 28 apenas comenzaron y yo me siento radiante y lista para llenarlo de vida, a estas alturas sé muy bien que habrán días bajos bajos, pero espero que la experiencia -ay cálmate! jajaja- me recuerde que en esos momentos uno descansa y se prepara para remontar a las alturas.


Gracias por acompañar mi vida, no sería lo que es sin su presencia.

Todo el amor,

Pris

Comentarios

  1. Solo diré TQM, sigue adelante y sácale todo el juego a la vida, dulce o amarga sigue siendo una aventura increible

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias mi Gisi, a darle tú también, eh! Quiero escuchar muchas buenas noticias pronto :D

      Borrar

Publicar un comentario

¿Qué te parece?

Entradas populares